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China aprobó nueva soja y Uruguay espera confirmación_18.02.2015

Brasil y Argentina ya salieron a festejar la decisión de China luego de conocerse que permitirá el ingreso de la variedad de soja Intacta RR2 Pro, perteneciente a la multinacional Monsanto y con suma adaptabilidad a las condiciones de siembra de los países de Sudamérica.

Sin embargo, fuentes del MGAP dijeron a El País que no habían recibido la comunicación oficial de parte de las autoridades chinas, por más que se supone que al estar habilitada para Argentina y Brasil, también lo está para el resto de los productores de la región.

“Analizando la incorporación de esta nueva variedad en la agricultura uruguaya, los resultados productivos de los análisis del INIA, están mostrando producciones excelentes, con algunos materiales que tienen 15% y 20% más de potencial de rendimiento”, dijo a El País Ignacio Foderé, director de mercados de la empresa Fadisol S.A.. La adopción de esta nueva tecnología permitirá un recambio de genética varietal en soja que le dará un nuevo empuje a la oleaginosa.

Según la visión de este empresario, que China -el principal mercado para la soja- adopte comercialmente la Intacta RR2 Pro es fundamental porque los productores podrán pasarse a esta variedad de semilla, que “va a repercutir en mejores rendimientos y mejores resultados económicos para los productores. Si China le abre el mercado a la Argentina es abrirlo para todos”.

Demoras.

Mientras tanto, los operadores estiman que esta semana se podrá terminar de levantar la última parte de la cosecha de sojas de segunda que aún está en el campo, porque las lluvias de semanas anteriores imposibilitaban las trillas de las chacras plantadas.

“El volumen de soja cosechada será totalmente récord para Uruguay y estará por encima de los 3 millones de toneladas, con un rendimiento que estará entre los 2.500 y 2.600 kilos por hectárea a nivel nacional y un área estimada de entre 1.100.000 y 1.200.000 hectáreas”, le dijo a El País el operador Fernando Villamil.

El mercado hoy mira a Estados Unidos donde también se prevé una cosecha para la próxima zafra que será récord.

En ese sentido, Villamil estimó que esa cosecha récord “no le quitará mercados a la soja de Sudamérica”, pero sí “achicará precios”.

Los niveles de consumo de la oleaginosa son crecientes y de concretarse esa cosecha récord en el Hemisferio Norte, “habrá una recuperación de existencias que dará un poco más de tranquilidad al mercado y eso se va a ver reflejado en una baja de precios”.

Es difícil predecir de cuánto podría ser esa baja, pero hoy el mercado está mostrando que el precio de la cosecha futura de Estados Unidos -la oleaginosa recién se está terminando de sembrar en el Norte-, entre julio y noviembre tiene una diferencia de US$ 80 dólares a la baja”. Según el operador, estos precios están recogiendo una fuerte presión de oferta en noviembre -la cosecha estadounidense entrará en septiembre-octubre- y por lo tanto va a dar tranquilidad al mercado que hoy se refleja en la citada caída de precios.

“Si EE.UU. tiene una cosecha muy grande no sólo golpeará los valores de Chicago, sino también a los diferenciales de la soja”, aseguró Ignacio Foderé, director de mercados de Fadisol S.A..

Los agricultores estadounidenses aún tienen cosecha vieja de soja y maíz para vender. “En la medida que se terminen de sembrar las sojas y el maíz, a partir de esta información, es de esperar que el productor venda la cosecha vieja, porque hoy lo disponible vale mucho más”, explicó.

El analista consideró que si Estados Unidos tiene una buena cosecha impactará negativamente en los precios del grano, pero reconoció que a la vez, la soja “tiene el condimento de que hoy estamos todos muy dependientes. Depende tanto de Sudamérica como de Estados Unidos. Si Sudamérica no tiene una nueva cosecha en pocos meses vamos a tener precios entonados”, estimó.

Apuntalando su hipótesis, este operador recordó que Brasil, principalmente en la zona de Mato Grosso tiene que tener buenos precios porque tiene un costo de flete muy grande, ya que hay camiones que transitan 1.400 kilómetros para sacar los granos.

Lo bueno es que esta situación marca un precio por debajo del cual la soja no puede caer mucho porque deja de ser rentable para los agricultores y no la van a querer plantar.

Fuente: El País

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